Javier Bardem es un actor español de gran éxito y como es lógico por su elevado caché, tiene una desahogada posición económica.
También se declara abiertamente de izquierdas. Tener dinero y ser de izquierdas es algo que enfurece y rompe los esquemas mentales de la derecha española, por lo que ha sido criticado por la prensa conservadora.
Salvando las distancias, esta polémica me recuerda al informe elaborado por el comisario de policía de Ferrol sobre Rafael Pillado en 1972 (“aunque su familia presume de ser de izquierdas, viven bien gracias a un negocio familiar e incluso un hermano hace ostentación de coche propio”).
Si comparamos los artículos de ciertos periodistas con los informes redactados por la Brigada Político Social durante la dictadura, tendremos que reconocer que parecen beber en las mismas fuentes y compartir los mismos prejuicios.
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