LA CIUDAD DONDE ARDE LA MEMORIA, es una ciudad diezmada. Ferrol hace de sus rincones escombreras del frío. Una especulación de la peor estofa, una estafa colectiva.
Hace veinte años arribamos a Ferrol, y aquí encontramos el lugar donde vivir estos años. Nos llamo la atención dolorosamente que aquello que hace a una ciudad única en este caso el Mar, estaba absolutamente solapado por una actitud ignorante que no tenia en cuenta el barrio emblemático por excelencia, FERROL VELLO, el barrio marinero, el barrio del Puerto, el lugar de la ciudad que comulga con el Océano.
Cuando llegaban las amistades de Castilla, de lugares del interior, incluso del interior de Galicia, lo primero que no demandaban era VAMOS AL PUERTO.
Y a donde podríamos llevarlos? Si, allí, al puerto, ya de aquella una ruina creciente, entrañable a duras penas, y mucha pena era la que cosechábamos en esas visitas.
Quedaba la GRAÑA, quedaba SAN FELIPE...y ya como para resarcirnos sin tapujos que valgan, a DONIÑOS a ver nuestro Mar Oceano en toda su salvaje belleza.
HAN pasado los años como y la memoria hace papiroflexia con las perdidas. La ciudad se tumba sobre sus ruinas y una pereza triste empapa las esquinas cerradas.
Los lugares, las plazas, las esquinas reconocen la unica vitalidad que las ampara: las voces indignadas, las multitudes dignas que marchan a la luza del dia restaurando la esperanza, y hasta las viejas piedras reconocen la verdura de otros días, de otros ámbitos.
Y se multiplican las citas, y los pasos de los manifestantes ablandan la costra infame de un fracaso continuo. Un fracaso y un proyecto siempre vivo: FERROL, EL MAR, EL EJERCICIO DE LA VIDA SIN REDOBLES ARMADOS, UNA CIUDAD CIVIL Y AJETREADA COMO AQUELLO QUE SE ABRE CADA DÍA Y NO COMO UN CERROJO QUE SE ECHA A CADA INSTANTE.
Pero de pronto es el fuego, si, el fuego el que me estremece y despoja de todo artificio lo que subyace bajo esta piel de animal varado, es el fuego que como un reloj al rojo vivo va haciendo ceniza de un cadáver exquisito. Un cadáver solar, una ruina que solo el fuego cuenta, y los especuladores de cadáveres que acumulan solares esperando la bonanza de mas crímenes.
¿Que música invocan esta ristra de incendios como epilogo a la fabricación terca de ruinas ?
FERROL VELLO, CANIDO...terquedad de los hacedores de ruinas, de los esforzados adquisidores de manzanas, de edificios, que tiemblan en la memoria que los deshabita, y que veloces poblados de abandono culpable corren hacia el fuego...y ya solares carbonizados a la espera de los tres, de los cuatro emprendedores de turno que enladrillen tanto aire herido, y sumen de nuevo dinero sobre la baldía memoria, que no sobre el encendido Olvido.
Y así, la ciudad, y nosotros, nos desperezamos cada día en pleno sueño, y decidimos contarnos todos los cuentos que nos permitan habitar el corazón de este lugar en el que vivimos. Y QUE NO NOS CUENTEN MAS CUENTOS.
La ciudad querida se abre en un ofertorio de desplazamientos, de empedradas encartaciones y escapando al derrotismo, ese
"tributo de la impotencia a la ganancia rápida", nos encontramos a cada paso con la miradas, lejos del agobio y de la roñosa queja, con la mirada del otro que nos invita a detenernos, a amoldar una pausa hecha a medias para redondear el dia y que se llene de sentido lo que el feismo y la desolación nos quieren arrebatar a cada instante.
Nuestra ciudad no puede ser un lugar de paso, una escombrera amueblada como una sala de espera, abarrotado de fracasos, de cerraduras, de nostalgias, no, nuestra ciudad es la que hacemos nombrándola, o ¿no te crees que vives como individuo escindido del otro que te sueña? No puedo consentir que un Estado tacaño y brutal, mero Administrador de miserias, y Vigilante Aterrado, me invente individuo en una insaciable patria. No, pues rotundamente me niego a ser feligrés de esta tristeza organizada, perfectamente planificada en el caos de un botellón desolado donde los espacios públicos son espectaculares patíbulos del deseo.
Ferrol, como cada lugar donde te veo, hablo, paseo regreso, voy y vengo, es el Ferrol que tenemos que compartir y levantar, mas acá y mas allá de los Presupuestos aprobados bajo los dictámenes soberbios de los que gestionan la Mediocridad.
FERROL NO ES UNA RESERVA DESPROTEGIDA DE GRÚAS EN EXTINCIÓN. Ferrol tiene un mar de de sueños detrás de una muralla de conformismo y subvencionado cansancio.
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