Visto desde la Izquierda, este "pas de deux" entre PP y PSOE en lo concerniente al tema de los desahucios, una plaga, otra más, de la peste neoliberal, sólo se me ocurre expresar mi dolor y mi extrañeza. No les ha bastado el aviso de las urnas ni la casuística de ese tipo de contubernios contranatura; por otra parte, tampoco resulta suficiente la postura, cómoda y mirando al tendido, de pedir perdón…Se trata sólo de cambiar de política, de bando, de las malas compañías…
No se ha visto- no ha trascendido, al menos- el menor atisbo
de pretender contar, ante un desafío de semejante envergadura, con el resto de fuerzas
parlamentarias y pienso, de inmediato, en Izquierda Unida, abanderada en esta
reivindicación desde siempre.
El bipartidismo parece instalado en los planes- y en la
ideología- a corto, medio y largo plazo de un gobierno y una oposición jugando
a Juan Palomo.
Todo lo que ha venido filtrándose de lo que se traen entre
manos pasa por el parche y la componenda- limosna y no Justicia-, sin
plantearse solución para los atropellos hasta ahora cometidos y dejándolo todo
en la nebulosa de cubrir, en exclusiva, los casos "más sangrantes" a
su propio juicio, en otras palabras: los que se porten bien y no molesten.
Sabemos de muchos socialistas coherentes que están
intentando cambiar las cosas desde dentro. Su responsabilidad es enorme,
trascendente…aunque se parta de principios muy elementales: "O todos o
ninguno…", como en el poema de Brecht. "No sin mis compañeros…"
Lo que no pase por ahí supone la antesala del desastre.
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