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V de Valle

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Uno no se  apellida así si no es ameno y fértil, y cruza las montañas y lo bañan los ríos de sentires profundos y las palabras justas y clavadas en los oídos de cuantos lo rodean.  Se aporta como prueba irrefutable León Felipe Camino… ¿acaso ya no queda todo dicho…? La ternura bronca del rugido que va a parar el mar de las certezas: ¡Qué lástima que uno no tuviera el retrato de un su abuelo que ganara una batalla…! (Está hablando del Pueblo Español, naturalmente). Otrosí (donde las dan, las toman): uno no se llama Torregrosa si no tiende a  la adiposidad  masiva (también puede escribirse separado) y a cruzar de lado, a lo cangrejo, su tablero, para enrocarse cada vez que se asusta, timorato.

Le llamaban Karlotty y era – y es- de armas tomar: esa Poesía, que mana de él “cargada de futuro”, tal como lo enunciara cierto colega suyo, “necesaria como el pan de cada día”, “lo que no tiene nombre: son gritos en el cielo y en la tierra son actos”…

El más parisino, el más “orilla izquierda” de nuestro parnaso épico-lírico,  anda, estos días, del corazón enorme a sus asuntos: poner en pie de guerra contra el conformismo y la falta de horizonte la sexta edición de la Poesía Salvaje, a concelebrar del 24 al 27 del mes de las lluvias milenarias, contra viento y marea administrativos: pedorreta y jarro de agua fría. Seguro que lo logran sus organizadores, por mucho que traten de ponerle una mordaza a la palabra encarnada de sus voces libres, en acción popular y en  la marcha de Aida… Algún día, querido K., Verdi sonará, trompetero, para todos nosotros. Y, tras Aida, llegará el turno feliz del “libiamo, libiamo…”, caña a coro, de “Traviata”…

“Con un poco de ayuda de los amigos”, hemos de vernos, juntos y revueltos, paseando, roussonianos, por el lado salvaje de la calle poética, cantando acerca  del triunfo de la razón sobre la fuerza bruta; de lo público sobre lo privado; de la solidaridad sobre el egoísmo; de la esperanza  y la fe en nosotros mismos sobre el fatal y torvo desaliento…

V de Valle; de vate y vaticinio de Victoria… ¡A por todas, Karlotty…!

(Publicado en DIARIO DE FERROL)

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Comentarios

  1. Vaya, vaya…como son los abrazos hechos de simpatía y solidaridad. Solo voy a decir que primero son las gracias por loa tan inmerecida, pero con tal literaria belleza que la humildad bien casa.
    También cabe la aceptación de toda la alabanza por lo que tiene de apoyo, ayuda mutua, apoyo contra la mas descalabrada de las mediocridades en que nos ha sumido el Poder, mezquindad sin vergüenza alguna (Y cómo no, si la vergüenza es revolucionaria), apoyo de la Poesía con mayúsculas, con minúsculas, sin manos …en la cual la palabra se restaura de tanta agresión y mentira, de tanta criminal manipulación, y de nuevo la palabra como el primer día, nombrando el mundo, tallando los sueños, vacunandonos contra la miserable abundancia.
    Gracias Don José, gracias. Por la amistad que la inteligencia del corazón cría.
    Así no hay dios, incrédulo como son los dioses, ni humano, por muy imbécil que se muestra, que impida la cita con la inconsumible poesía.

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