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Adiós a Carlos Oroza, “poeta salvaxe”

Adiós a Carlos Oroza, “poeta salvaxe” | Tam-Tam Press





El enorme poeta gallego Carlos Oroza falleció el pasado 21 de noviembre a los 92 años de edad. Nacido en Viveiro en 1923, en su larga y a veces muy dura trayectoria conoció y vivió el Madrid de las grandes tertulias literarias —su amigo Francisco Umbral le calificó en los años 60 como “el poeta maldito del Café Gijón”—, pero también la Ibiza más hippie y el Vigo de la movida de los años 80. En esta última ciudad se instaló hace 30 años y allí falleció tras una larga enfermedad. Autor de culto, definirle como “el poeta gallego de la generación beat” es algo que se le quedaría muy corto. Porque fue un poeta libre y rebelde, bohemio, heterodoxo, verdadero… y un grandísimo poeta oral capaz de hacer temblar al público con su voz arrolladora en los recitales que tanto le gustaban. Él defendía que la poesía debía ser interpretada, lejos de la “cárcel” de las páginas de papel. Y más que en escribir poesía, durante sus últimos años se volcó en performances y proyectos multidisciplinares, llenos de magia poética.
Sobre él escribió Carlos Tena: “Carlos Oroza, poeta mágico, gallego, único y genial, es sin duda el mejor rapsoda que existe en Europa. Sus recitales a mitad de la década del sesenta eran tan imponentes que, al finalizar su intervención, salía del escenario como un torero, a hombros de los estudiantes. Posee un lenguaje de una originalidad sin medida, el carisma del océano. Oroza es como una ola gigante, profunda y azul, de consecuencias imprevisibles, donde puedes naufragar para siempre o ser arrojado a las playas más dulces del globo”.
Deja a sus lectores libros como “Eléncar” (1974), “En el norte hay un mar que es más alto que el cielo” (1977), “Cabalum” (1980), “Alicia” (1985), “Una porción de tierra gris del norte” (1996), “La llama prestada” (1998) o “Un sentimiento ingrávido recorre el ambiente” (2006), pero sobre todo “Évame”, en el que recopila toda su obra poética memorable y musical, salvaje y vital.
Reproducimos uno de sus poemas emblemáticos, “Malú”, y más abajo un poema que le dedicó hace cinco años su amigo el poeta Juan Carlos Valle “Karlotti”, uno de los organizadores de la Semana de la Poesía Salvaxe de Ferrol a la que Oroza acudió en varias ocasiones.

: : “Malú”. Un poema de Carlos Oroza

Parece entonces como si yo y yo fuésemos dos personas que se persiguen mutuamente.
Es en la evasión donde está el sentido de mi propia seguridad.
Oh eva
évame malú
évame malú
Hoy en ferragosto o julio triste prohibido e inasequible. Solo
Oh eva.
Évame eva.
Évame si me transito.
Era de noche por tus ojos de fiebre – ómnima por tus manos que me acarician.
Era extraño cómo subsistía por la noche cada noche deviniendo por mis pasos
para encontrar dormido el cuerpo enfermo en la otra casa.
Mi cuerpo contra mí – Tu boca caliente y sofocada –
conflúyete
abrázate
no rompas el silencio no toques la pared
me conforto en tu aliento
miro por tus ojos empujo por tus ojos
y me encuentro con las últimas cenizas.
Me dejo en libertad – ómnima mis pasos
y corro – corro por la playa hacia la casa abandonada.
No sé que hacer si estoy detrás de mí
tengo miedo tropezar tu cara
mirar tus ojos y verme divisado
aspirar tu aliento y verme subsistido
tropezar tus manos y verme aderezado
cariño eva évame.
Ómnima si mi pálpito se pierde por los trenes y pulula por los gemidos
mi pálpito pegado al viet dolorosamente ernesto a tu cintura nati
mismo
cuando me dejo en libertad
y corro corro – corro por la playa hacia la casa abandonada
ómnima
ómnima
ómnima
mientras subsisto extraño por la noche deviniendo por mis pasos
para encontrar dormido el cuerpo enfermo en la otra casa.
Oh eva
évame eva
évame si me transito
Intento translucirme malú para llevar contigo
Y no hay apoyo vital para afirmarme
Y es como llegar a mí malú contigo
Madre por una sola vez si me transcurres
Mientras subo o me adelantas la luz para llegar arriba
Por una sola vez una vez dos veces tres veces golpeándome en las sienes
Tus brazos retenidos en las sombras
Tu mano y tu latido
Tu voz poderosa desde abajo – contigua hacia el balcón
Para decir que ha muerto alguno en esta casa
Pudo haber muerto alguno en esta casa
Y es como llegar a mí malú contigo
Inmersa
Golpeando fuertemente desde abajo
Golpeando en la escalera
Metiendo tus manos tus codos tus brazos por los huecos
Golpeando la pared
Tremándome en la vértebra
Demorando mis pasos por las sombras.
Una vez me escupiste cenizas en los ojos
Y yo te dije
Sigue sigue sigue
Te me adelantas. Tengo miedo. Estás golpeando al mundo.
Pero tu me das malú – malú – malú
Malú para llegar arriba.
Oh eva – Evame – Eva – Évame si me transito.
Carlos Oroza en la Semana de la Poesía Salvaxe de Ferrol.
Carlos Oroza en la Semana de la Poesía Salvaxe de Ferrol.

: : Poema de Karlotti Valle, dedicado a Carlos Oroza

La voz como un océano allá al Norte, donde las orillas crían acantilados insomnes.
Qué rutilante cielo aquel que los pies pisan,
aquí donde la muerte suena a caracolas sin prisa.
Vas y vienes en un vaivén de minerales ramas
cual funámbulo sobre un mar en llamas tal vez peces
tal vez peces,
y así el día alambre
entre el sueño y las derrotas.
Soberbio el mundo que se desdobla al paso de tus manos
las de la tinta del bosque, del hueso y de la piedra,
y otra vez el fuego, la brasa mamando en tu pecho
de abundante pena
y mansa rabia.
Mirad, allá, acá, al fondo de la pura piel del Olvido
y palparéis la osada confianza del que camina
repleto de levedad,
y un poco de enfado
como aquellos ángeles ya extinguidos.
(Dedicado a Carlos Oroza. Hace cinco años)

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