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'Machismo': El manual de Barbijaputa

Barbijaputa es el seudónimo de una columnitsta y escritora feminista española. Colabora con los medios digitales La Marea, eldiario.es y Pikara Magazine.

Una de sus últimas obras es "Machismo*" y consiste en un manual destinado al sector masculino en el que podrán apreciar los síntomas del patriarcado. Con esta publicación lo que pretendo es hacer un breve resumen de este libro que además de estar dirigido a los hombres, muchas mujeres, tras la lectura del libro, podrán empezar a considerarse feministas y analizar sus propias vidas con esas gafas violetas.

Crecer en una sociedad de corte patriarcal implica que conductas y mensajes machistas se nos interiorizan desde las diferentes instituciones sociales, por lo tanto, se produce una normalización del machismo en diferentes ámbitos. A pesar de que muchos afirman que ya estamos en condiciones igualitarias o que estamos muy próximos a conseguirlas.

Comparar el presente con tiempos pasados para restarle importancia a la desigualdad de género es un forma de apretarnos la venda que nos obstaculiza el camino a la liberalización. Porque estar mejor no es estar bien. A su vez, hacer ver que el problema ya se solucionó, o que lo que nos queda es un reducto sin demasiada importancia, perpetúa la desigualdad que aún sufrimos (Barbijaputa, 2017, p.19).

Así, cuando negamos la igualdad de condiciones y afirmamos el hecho de que estamos menospreciadas por pertenecer al género "mujer" criticando ciertas actitudes machistas nos atacan con el vocablo "feminazi". 

El término tiene su origen en los años setenta y, cómo no, también de la mano de un hombre, en este caso de un locutor de radio estadounidense llamado Rush Limbaugh que, como buen republicano y conservador, no estaba a favor de que las mujeres decidieran sobre su propio cuerpo. Así que inventó este término mezclando "feminista" y "nazi", comparando así el aborto con el holocausto nazi (Barbijaputa, 2017, p.26).

La violencia que se ejerce hacía la mujer no es sólo de tipo físico, sino que nos encontramos con la variante de violencia simbólica, es decir, aquella que vemos en los medios de comunicación, en el arte, en las acciones más cotidianas de nuestra vida. Sin embargo, ésta es más difícil de advertir puesto que, como antes mencionamos, existe una normalización que perpetúa las actitudes machistas y que consideramos como inofensivas por las actuaciones de las instituciones dominantes.

Seguimos con términos, el "heteropatriarcado" es esa palabra que hace gracia a muchas personas, esto es así, por la ignorancia que se tiene al respecto. "Si bien el patriarcal es el sistema sociopolítico que da poder al hombre en detrimento de la mujer, el heteropatriarcal es el sistema que, además, otorga la supremacía a la heterosexualidad sobre cualquier forma de orientación sexual" (Barbijaputa, 2017, p. 64). ¿Qué tal si leemos a Judith Butler?

Igual se os hace familiar esas situaciones en las que decimos de nosotras mismas que las mujeres somos más malas que los hombres, que nos criticamos con más dureza y que, en definitiva, tenemos un trato diferenciado en cuanto entablamos conversaciones con personas de distinto sexo. Pues bien, aquí debe entrar en juego la sororidad. 

La sororidad no solo se trata de no percibirnos como enemigas entre nosotras, sino de reconocernos como cómplices y como sujetos políticos que conviven dentro del mismo espectro. Con sororidad es más fácil luchar contra las opresiones que van unidas a nuestro género. No es solo que la sororidad sea tan necesaria como el feminismo en sí, sino que no se puede entender la una sin el otro; no son independientes (Barbijaputa, 2017, p. 85).

Ello me recuerda al modelo de solidaridad Mohanty (2008) que propone el diálogo entre feministas estableciendo un marco de valores compartidos como referencia, es decir, se basa en las diferencias comunes para afrontar las relaciones desiguales de poder entre las propias feministas a través de sus propios contextos y sus propias experiencias. 

La autora también hace referencia a otros términos como manspreading, mansplaining y manterrupting. Si sabemos algo de inglés, sabremos por dónde van los tiros. En todo caso, es momento de recomendarte este libro para empatizar con el feminismo y olvidarte de los prejuicios que la sociedad ha impuesto sobre este movimiento.

*Barbijaputa (2017) Machismo: 8 pasos para quitártelo de encima.




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