El discurso de Trump: Un alerta sobre el poder de las transnacionales de la información para transmutar la realidad. Por Por Alfonso Alonso Franquiz
El discurso de Trump: Un alerta sobre el poder de las transnacionales de la información para transmutar la realidad. Por Por Alfonso Alonso Franquiz | La pupila insomne
Para nadie es un secreto que en la actualidad los medios de comunicación son parte de políticas de dominación global, cuyos dictados rectores funcionan a favor de las megapolíticas del poder imperial pero a la vez, son consustanciales al credo de la metamorfosis informativa: aquella que privilegia la capacidad de generar matrices de opinión que aprueben subvertir la realidad política en países y gobiernos en las más diversas geografías. Para lograrlo cuentan con los avances científico-tecnológicos de última generación, capaces de generar profundos cambios en la realidad, o de “crear” la realidad. Fue así como mostraron arsenales de armas de exterminio masivo que sólo existieron en las imágenes fabricadas por los medios; y vituperantes acciones mediáticas que satanizan la conducta política y cívica de cualquier gobernante que se oponga a los dictados hegemónicos del imperialismo; o cuyos países tengan importancia económico- estratégica o geopolítica. Tales son los casos de la región de los Balcanes, del Medio Oriente, de Asia Central o de África, por sólo citar algunos ejemplos.
El reciente discurso de Donald Trump, presidente de los EEUU, en el 72 período de la Asamblea General de la ONU, se ha convertido en un referente ¨obligado¨ de los circuitos de la llamada Gran Prensa y del resto de los medios internacionales de comunicación. No por obvia la interrogante sobre el por qué de tal comportamiento mediático, la respuesta conduce el análisis al terreno de las esencias que identifican al Imperialismo –y su comportamiento hegemónico en el siglo XXI- por el militarismo, la guerra de 4ª Generación, donde predominan dimensiones tales como: guerras económicas, psicológicas, ataques diplomáticos y asedio mediático están signados de sobredimensionamientos, mentiras, juicios erráticos y una enfática política de intromisión en los asuntos internos de los pueblos, la demonización de gobiernos y personalidades públicas de perfil revolucionario y/o progresista, el trabajo encubierto de los órganos de inteligencia (muchos de los cuales ¨construyen¨ fachadas legales a través de ONG y centros o agencias de estudio multipropósito) capaces de subvertir las mentes y las conductas.
El canciller de Cuba Bruno Rodríguez pronunció una réplica oratoria que develó, con argumentos irrebatibles, las falacias hegemónicas con las cuales Trump quiso convencer al Mundo de que Estados Unidos de América es poseedora de una misión mesiánica, dada en virtud de la concertación sacrosanta de las élites de poder imperialista a escala global y nacional, sus clubes de multimillonarios (a los cuales el propio Trump pertenece), dueños y señores de la riqueza del planeta y de un ¨promisorio¨ destino para los emprendedores de la propiedad privada. Jamás la justa rebeldía de los pueblos, las causas de los humildes de todo el planeta, la defensa de los recursos naturales, la batalla por preservar el planeta, la vida humana y revertir los daños ecológicos que comprometen el futuro de la civilización humana son omisiones y/o distorsiones premeditadas por la filiación de clase e ideopolítica de Neoconservadores, Ultraderechistas y patrocinadores de las políticas imperiales que predominan en pleno siglo XXI.
Solo la resistencia (a contracorriente) de los pueblos, gobiernos progresistas, movimientos sociales, el despertar de los pueblos originarios como sujetos políticos y culturales, irán vertebrando espacios de concertación, políticas solidarias, corrientes nuevas de pensamiento inclusivo nacional, regionales y a escala global, capaces todos de fraguar la conciencia de que el mundo no tiene salida viable a través de propuestas discursivas como la de D. Trump.
Los ejemplos actuales de resistencia, soberanía, unidad y libertad que fueron señalados como ¨malos ejemplos¨, ¨condenados al fracaso¨ y que son castigados por la soberbia y uso de la fuerza imperial son la vanguardia de la lucha anti hegemónica que sumara más y más fuerzas hasta que la correlación y las acciones concientizadoras subviertan el orden imperial actual y construyamos el Mundo Mejor y Posible que garantice la perdurabilidad histórica de la humanidad en nuestra casa común: el planeta Tierra.
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